La economía colaborativa es un modelo económico alternativo basado en los procesos de acción colectiva, se trata de comunidades recíprocas que promueven la cohesión social en una localidad. Este modelo supone una reinvención de la concepción del mercado tradicional, proponiendo un nuevo sistema de intercambio y consumo de bienes y servicios, con una mayor implicación comunitaria. En este sentido:
La economía colaborativa, en teoría, reclama una implicación directa, personal, recíproca y activa de la ciudadanía en la solución económica de la gestión de sus necesidades, compartiendo y colaborando en la generación de bienes y servicios valorados por públicos próximos, concretos y dispuestos a compartir y por ende a colaborar (Alonso, 2017:89)
Asimismo, este autor hace referencia al concepto de “prosumidor colaborativo”, para referirse a los participantes del modelo, definiéndolo como “un productor y un consumidor activo capaz de ofrecer y recibir bienes y servicios sin que el precio sea la única razón (y el único regulador) de ese intercambio” (Alonso, 2017: 90).
Esta idea supone un cambio de roles en las relaciones características de la economía de mercado. Como puede verse en la figura 2, dentro de la economía de mercado la función de los actores se restringe a productor o consumidor, siendo poco probable que una misma persona adopte ambos roles simultáneamente. Por el contrario, en la economía colaborativa no existe una cadena de producción marcada, sino que un mismo actor ejerce como productor y como consumidor, es decir, ofrece y recibe bienes o servicios al mismo tiempo.
Diferencias entre economía de mercado y economía colaborativa
La principal diferencia entre la economía de mercado y la economía colaborativa es el beneficio de la actividad económica, dado que la economía colaborativa posee un carácter no lucrativo y pretende modificar los valores asociados a las relaciones económicas. La interacción económica se basa en una nueva lógica centrada en los principios solidarios, colectivos y ecológicos, suponiendo una nueva alternativa para satisfacer las necesidades sociales.
De este modo, la competitividad, propia del sistema de mercados se transforma en la cooperación y en la búsqueda del beneficio social y las relaciones sociales en la comunidad adoptan un papel principal.
Situación actual de la economía colaborativa
Cabe reseñar que, la economía colaborativa se encuentra en una situación emergente gracias al avance de las nuevas tecnologías (factor tecnológico), facilitando la creación de sociedades en red. Además, el avance tecnológico facilita la comunicación, llegando a constituir un nuevo sistema de intercambio y consumo de los bienes y servicios,
creándose así la economía colaborativa.
Por otro lado, las crisis económicas (factor económico) propician nuevas formas de organización social, y una mayor colaboración, así como la aparición de nuevos mercados , como es el caso de la economía colaborativa. También, puede considerarse como factor aliciente el aumento de la concienciación medioambiental, ya que dicho modelo se asocia a la sostenibilidad y a los movimientos ecologistas.
Sin embargo, la proliferación de nuevos sistemas asociados a la economía colaborativa ha resultado negativo en ciertos ámbitos, vinculándose actividades lucrativas como es el caso de Uber. De este modo, podemos diferenciar entre consumo colaborativo transformador y capitalismo netárquico.
El primero hace referencia a un modelo económico basado en el cambio social y los principios del bienestar social, sostenibilidad y acción sin ánimo de lucro, por ello la mayor parte de las actividades económicas están orientadas hacia el beneficio de la comunidad; mientras que el segundo serían aquellas actividades con fines lucrativos que se esconden bajo una apariencia colaborativa, manteniendo los valores propios del sistema de mercado.
Este último caso también genera tensiones entre los modelos tradicionales y crea una inseguridad jurídica con respecto a los consumidores, por lo que se precisaría de una mejora legislativa.
Relación con la economía del bien común
Una aproximación teórica al modelo antes descrito sería la Economía del Bien Común, concepto desarrollado durante la última década por Christian Felber, quien cuestiona los principios de la economía clásica. No obstante, el autor mantiene algunos elementos básicos del sistema de mercado actual como la banca, la propiedad privada o las empresas privadas; pero dotándolos de un nuevo significado.
El modelo propuesto por Felber tampoco posee un carácter lucrativo y pretende trasladar los valores sociales propios de las relaciones de reciprocidad (familia, amistades…), como la confianza, la cooperación y la voluntad de compartir, a las relaciones económicas. Su objetivo principal es satisfacer las necesidades y el bienestar social, manteniendo los principios de sostenibilidad. De esta forma, pretende romper con la estructura competitiva característica de la economía capitalista.
También es destacable la eliminación del mercado especulativo, conforme a las acciones sin ánimo de lucro, lo que conlleva a la desaparición de los bancos de inversión y el mercado de la bolsa, así como un cambio de roles para la banca. La banca se convierte en el gestor de los activos de forma segura y estable, mientras que la labor del Banco Central será encargarse de la deuda pública, pero sin intereses.
Conclusión
La economía colaborativa es una alternativa de intercambio económico que convive con las actividades propias del sistema de mercado, como puede ser el trabajo, mientras que la economía del bien común supone una reestructuración completa del sistema; aunque ambas coincidan en los principios/valores.
Teniendo en cuenta dichos principios o valores podemos calificar los modelos económicos alternativos, siguiendo a Polanyi, como procesos donde predomina la reciprocidad, dado que incentivan la justicia social y la equidad.